Femicidio de Valeria Gancedo: Alejandro Quinteros ejerció violencia contra su expareja “en todas sus formas”
La Cámara en lo Criminal y Correccional de 2° Nominación de la ciudad de Córdoba dio a conocer los fundamentos de la sentencia que condenó a prisión perpetua a Alejandro Jesús Quinteros por homicidio triplemente calificado (por el vínculo, por alevosía y por violencia de género) en perjuicio de su ex pareja, Valeria Gancedo.
Según la resolución, el acusado invitó a la víctima y a su hijo a comer a un restaurante en Oliva. Durante la cena, le suministró a su expareja un sedante en la bebida.
Luego, trasladó a ambos hasta el domicilio de la mujer en Oncativo.
Cuando ella quedó inconsciente por efecto de la droga, la asfixió con una almohada o una sábana en su propia cama. Su plan criminal terminó con el traslado del cuerpo a un campo ubicado a unos 19 kilómetros de Oncativo, donde lo enterró.
En la sentencia, el camarista Sebastián Romero puntualizó que Quinteros ejerció violencia con su expareja “en todas sus formas”; física, psicológica, sexual, económica y simbólica.
Agregó que “la humilló y la maltrató de manera grave, sistemática y creciente, hasta llegar a la expresión más extrema de la violencia de género: el femicidio”.
El magistrado también señaló que el accionar del acusado no cesó en el momento en que dio muerte, en el inmueble en que estaba presente el hijo de ambos. “Por el contrario, luego de ello envolvió y enterró el cuerpo de la víctima en un campo de difícil localización. Posteriormente y durante unos días, usó el teléfono celular de V., respondiendo comunicaciones en su nombre para confundir a sus familiares y personas de su entorno, que la buscaban con desesperación”, enfatizó.
El fallo agrega que “la conducta violenta del acusado, como así también el daño y el peligro causados, se propagaron hacia las personas cercanas a la víctima”.
“Ello ocurrió con su hijo, que estaba presente en el lugar de uno de los hechos (en que se utilizaron sustancias tóxicas) y vivió en un ambiente de violencia, manipulación y miedo (según surge del informe psicológico). Y así sucedió también con otros familiares y personas allegadas a la víctima, que la acompañaron durante la relación, la ruptura del vínculo e inclusive estuvieron presentes en la sala de audiencias, cuando se realizó el juicio”, apuntó.
“Esas personas –agregó el camarista- debieron sufrir, además, la incertidumbre y el engaño provocados por el acusado, que ocultó el cuerpo de la victima y empleó su teléfono para distraer la búsqueda”.
Finalmente, el vocal Romero consignó que Quinteros reconoció su culpabilidad recién cuando su responsabilidad en el crimen y su imputabilidad estaban demostradas “a todas luces”.