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A un mes de la elección, polarización emocional e incertidumbre económica marcan el tono en las encuestas

Hace 30 días, La Libertad Avanza (LLA) + aliados obtenía casi 41% de los votos a nivel país, vs 35% del peronismo y aliados. Sobre el cierre de noviembre, con apenas matices, persiste la situación de polarización levemente asimétrica que favoreció el triunfo oficialista, aunque ahora con una tendencias cruzadas respecto al gobierno nacional (algunas le resultan favorables, pero otras no). Según la última medición nacional de la Universidad de San Andrés (Udesa), el 45% de los electores se encuentra satisfecho con el resultado electoral, vs 48% que está insatisfecho (gráfico arriba). La brecha negativa de 3 puntos porcentuales (pp) perfila, de todos modos, un empate técnico.

En tanto, la encuesta más reciente de Vox Populi reportó que el resultado de la elección generó 45% de sentimientos positivos vs 41% de negativos (gráfico arriba), una brecha de 4 pp a favor del oficialismo que mantiene el empate técnico y la polarización en términos estadísticos.

A su turno, la última encuesta nacional de Pulso Research arrojó una brecha negativa de 3 pp en términos de sentimientos a futuro: 37% de estado de ánimo positivo vs 40% de negativo (gráfico arriba). Otro empate técnico, aunque en este caso con una polarización atenuada que invierte el sentido de hace un mes.

El terreno donde el panorama se complica para el oficialismo es la percepción de la economía: según el relevamiento nacional realizado por Zentrix para la Federación Económica de Santa Cruz (FESC), casi 62% califica la actual situación económica del país como negativa, lo que triplica al optimismo (20,3%; gráfico arriba). Si se considera al regular (casi 18%) como un primer nivel de malestar, el pesimismo acumula casi 80%.

En sintonía con eso, según el último informe de las consultoras trespuntozero & La Sastrería el 70% de los electores califica como negativa la situación económica del país, vs 29,4% que opina de manera positiva (gráfico arriba). Mientras que el optimismo transita una pendiente desde julio pasado y se ubica en el nivel del núcleo duro libertario (el 30% que votó por LLA en agosto y octubre de 2023), el pesimismo creció sin pausa a lo largo del segundo semestre del año.

Similar tendencia desfavorable reportó Vox Populi en cuanto a la expectativa económica pos electoral: 39% espera una mejora vs 46% que espera un empeoramiento (gráfico arriba). El optimismo se ubica en el mismo orden de magnitud del apoyo a LLA hace un mes, pero queda 5 pp por debajo del pesimismo, que replica el voto obtenido por Unión por la Patria en el ballotage de hace dos años (44,4%).

En la misma línea, la última encuesta nacional de Giacobbe consultores arrojó que 38,5% del electorado le hace el aguante al esfuerzo económico que pide el gobierno, vs 48% que opina que el oficialismo está sometiendo a la gente a un sufrimiento sin sentido (gráfico arriba). Aquí, el saldo desfavorable es de 9,5 pp, con casi 11% que se ubica en una posición intermedia. En síntesis: 1) las posturas y sentimientos sobre el resultado electoral replican una situación de polarización simétrica 2) el estado de ánimo a futuro también muestra una “grieta” emocional 3) sin embargo, esas paridades relativas se rompen cuando entra en juego la variable económica; allí, tanto la percepción de la coyuntura actual como la perspectiva y expectativa a futuro muestran al pesimismo muy por encima del optimismo 4) esto confirma a la economía como el terreno más desafiante para un oficialismo que no debería asumir el resultado del 26 de octubre como un “cheque en blanco”, pues uno de cada cuatro electores lo votaron para darle tiempo, pero es un crédito extendido a la espera de resultados (gráfico abajo).

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