Un evento bizarro tuvo lugar en el Anexo A de la Cámara de Diputados de la Nación bajo el título “¿Qué tienen realmente las vacunas del Covid 19?”. El evento fue organizado por la diputada chaqueña del PRO, Marilú Quiroz, y contó con el okey de Martín Menem. “Agradecemos de forma muy especial al presidente de la Honorable Cámara de Diputados, señor Martín Menem, por autorizar, acompañar y permitir a través de los recursos humanos, técnicos y de logística, la realización de este evento que es un hecho histórico”, indicó la locutora oficial, con un banner de fondo que tenía el logo de la Cámara Baja.
A pesar de que Marilú Quiroz quiso presentar el evento como una apertura a escuchar todas las voces del mundo científico sobre el tema, según la presentación oficial del encuentro, Marilú Quiroz es “anfitriona, creadora de este espacio y gran militante de la causa”. Repasando el panel, hubo una total coincidencia de posturas que apuntaban a poner en duda la efectividad de las vacunas del Covid 19 y, por extensión, de las vacunas en general.
“Estoy profundamente emocionada. Hoy hemos mezclado peras con manzanas pero son frutas. Quiero que cada uno (NdR: de los panelistas) se lleve el cartelito con el logo de Diputados, esto es un hecho histórico”, dijo Quiroz casi entre lágrimas.
El momento más extraño se dio cuando la licenciada en biotecnología sumariada por el Conicet, Lorena Diblasi, hizo pasar al escenario a quien presentó como José Daniel Fabián, un jardinero al que le pidió que se saque la remera para mostrar que se le “quedaban pegados” elementos metálicos, desde cosas pequeñas hasta un celular.
“Es uno de los efectos que causa estas vacunas. Esto no es grasa en la piel, señoras y señores. Esto le provocó la vacuna, a él no le sucedía esto. Se ríen de esto a veces. Nosotros le llamamos magnetización pero no sabemos si realmente es una magnetización. Dos dosis de Astra Zeneca, dos lotes diferentes. Que nos expliquen qué es”, indicó Diblasi, que fue aplaudida por el auditorio. Habló de un supuesto hallazgo de “nano y micropartículas compuestas por carbono, oxígeno y otros elementos químicos que no son parte de los componentes declarados” en las vacunas. Afirmó, sin mostrar ninguna lista o documento, que hay un “registro de un montón de personas magnetizadas en Argentina”.
En el evento hubo participación cordobesa: el abogado Pablo Sebastián Roca, que fue presentado como egresado de la UNC, contó sobre casos de personas que presentaron demandas por los presuntos efectos perjudiciales para la salud de las vacunas. “A esas víctimas las llamaron sifilíticas, codiciosas, oportunistas. Invocan el principio de solidaridad las contestaciones a las demandas, que significa que el daño que han padecido debe ser soportado por el bien común”, indicó, y agregó una consideración que dejó en claro el tono ideológico del evento: “Es propio de un sistema colectivista de lo más rancio o nos remite a siglos atrás donde se hacían sacrificios humanos para que llueva o deje de llover”.
Roca, que no es médico, criticó la técnica del PCR para fundamentar un diagnóstico -como se hacía en pandemia- y adujo que tiene “entre 95% y 97% de falsos positivos”. “Es como medir la inflación con el INDEC de Moreno”, completó.
En un evento claramente cercano al gobierno en términos ideológicos, hubo un contrasentido cuando el epidemiólogo y exasesor en la Comisión de Salud Pública de la Cámara de Diputados (no se especificó asesor de qué diputado), el Dr. Ramiro Alberto Salazar Cisneros, pidió que el Ministerio de Salud haga investigaciones sobre las vacunas “con presupuesto oficial” y que no lo tenga que hacer el sector privado. Luego, amenazó con hacer “una pueblada para que el Estado haga lo que debe hacer”.
A continuación, Salazar Cisneros pidió que haya “soberanía sanitaria” y criticó que en el mundo farmacéutico “todo está definido en el extranjero”. Es curioso, ya que precisamente es lo que pretende hacer el gobierno con el acuerdo con Estados Unidos, no solo en el rubro medicamentos sino en otros sectores productivos como por ejemplo la industria automotriz o en temas de datos, donde se da por válida toda inspección o autorización surgida en Estados Unidos.
En un momento del evento alguien del público señaló que no estaba saliendo la transmisión en vivo por el canal oficial de la Cámara de Diputados, habilitada por Martín Menem. La organización debió admitir que la transmisión estaba en línea “en un link oculto” (o sea que no estaba abierto al público), como si desde el equipo de comunicación de la Cámara hubiesen querido esconder el evento.
