Lionel Scaloni, el entrenador de la Selección argentina de futbol, campeona del mundo en el Mundial de Qatar, llevó el máximo trofeo en el acto del sorteo de rivales para la edición 2026 en los Estados Unidos.
El DT, cumplió con todos los protocolos en el traslado del trofeo más codiciado del fútbol mundial, entre ellos la obligación de manipularlo con guantes blancos, símbolo del respeto que inspira el sueño deportivo que representa.
La Copa del Mundo, valuada en aproximadamente 20 millones de dólares, está sometida a cuidados extremos por parte de la FIFA.
Cada vez que se mueve de un lugar a otro, solo personal autorizado puede hacerlo, siempre usando guantes especiales y bajo vigilancia constante.
Aunque suele exhibirse en el museo de la FIFA en Zúrich, Suiza, su ubicación real cuando no está en exposición se mantiene en absoluto secreto.
En este contexto, el entrenador argentino respetó todas las normas y colocó el trofeo sobre un atril.
Vale recordar que únicamente los campeones —jugadores y técnicos—, los jefes de Estado y los funcionarios de la FIFA tienen permitido tocarlo. Ni los organizadores del evento, ni la seguridad, ni siquiera los invitados más exclusivos cuentan con ese privilegio.
