EL ENIGMA MILEI Y EL TEMBLOR DEL PODER CORDOBÉS
Mientras la mayoría de los intendentes de la provincia de Córdoba, junto al gobernador, ministros, diputados y senadores, expresan públicamente su malestar por el recorte de fondos y la falta de envíos nacionales que comprometen la continuidad de sus gestiones, el escenario político ofrece una postal disruptiva. En ese mismo territorio golpeado por la crisis, el presidente Javier Milei elige aparecer, caminar y mostrarse con un respaldo ciudadano que desconcierta a la dirigencia tradicional.
La visita presidencial a Córdoba no fue una escala protocolar ni un gesto aislado. Fue un acto de reafirmación política. Milei no solo ganó de manera categórica en las urnas, sino que ahora protagoniza una suerte de gira de agradecimiento que confirma algo que muchos se negaban a aceptar: el apoyo social no se diluyó con el ajuste ni con las dificultades económicas. Por el contrario, parece haberse consolidado.
Este fenómeno deja expuestos al gobernador y a los intendentes, que observan cómo el futuro electoral se vuelve incierto. La estrategia del reclamo permanente por recursos, que durante años funcionó como discurso defensivo y cohesionador, hoy parece insuficiente frente a una narrativa nacional que conecta con una parte importante de la ciudadanía, incluso en contextos adversos.
Por primera vez en mucho tiempo, el peronismo cordobés ve realmente amenazado su poder provincial. No por una estructura partidaria tradicional, sino por una lógica política distinta, más directa, menos previsible y difícil de encasillar. El “jeroglífico Milei” sigue sin ser descifrado por quienes apostaban a su rápido desgaste como consecuencia natural de la crisis.
La pregunta que sobrevuela es inevitable: ¿podrá el oficialismo provincial revertir este escenario con política, gestión y una lectura renovada de la realidad social, o quedará atado a la expectativa de que la suerte, el error ajeno o el paso del tiempo hagan lo que hoy la estrategia no logra? Córdoba, una vez más, aparece como un laboratorio adelantado de lo que puede venir.




