Córdoba

Un campeón olímpico vende sus medallas en medio de una profunda crisis

El exnadador estadounidense Ryan Lochte, una de las figuras más destacadas en la historia reciente de los Juegos Olímpicos, anunció que pondrá en subasta tres de sus medallas de oro con el objetivo de hacer frente a una delicada situación financiera. La operación se realizará a través de la firma especializada Goldin Auctions y marca un nuevo capítulo en el proceso de reordenamiento económico que atraviesa el exatleta.

Las preseas que serán subastadas corresponden a los títulos obtenidos en las pruebas de relevo 4×200 metros estilo libre en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Pekín 2008 y Río de Janeiro 2016. Cada una de ellas tendrá un precio inicial de 20.000 dólares. Lochte conservará, por el momento, sus tres medallas de oro individuales y la lograda en el relevo durante Londres 2012.

Según trascendió, el exnadador enfrenta compromisos financieros que se aproximan al millón de dólares. Entre ellos figuran deudas hipotecarias por una propiedad en el estado de Florida, además de obligaciones vinculadas a gastos médicos, impuestos y préstamos impagos. La decisión de desprenderse de parte de su máximo patrimonio deportivo expone la magnitud del escenario económico que atraviesa.

No se trata de la primera vez que Lochte recurre a la venta de sus medallas. En 2022 ya había subastado preseas de plata y bronce, en una iniciativa que entonces fue presentada con fines solidarios. En aquella oportunidad, los fondos recaudados fueron destinados a una fundación dedicada a cumplir deseos de niños con enfermedades terminales, y el propio deportista había manifestado que no tenía intención de vender medallas de oro salvo por causas benéficas.

El contexto actual, sin embargo, es sustancialmente distinto. A las dificultades económicas se suma un conflicto personal derivado de un proceso de divorcio con su expareja, Kayla Rae Reid, quien realizó acusaciones públicas vinculadas al consumo de sustancias y solicitó la custodia total de los hijos que tienen en común.

En los últimos meses, Lochte reconoció haber completado un programa de rehabilitación tras varios años marcados por problemas de adicción. El exatleta admitió atravesar un período de profunda depresión y señaló que se encuentra en una etapa de reconstrucción personal, luego de una prolongada etapa de inestabilidad.

Al comunicar la subasta, Lochte expresó que su intención es resignificar el destino de esas medallas. Señaló que los logros deportivos forman parte de su historia, pero que espera que ahora puedan cumplir un nuevo propósito, vinculado a su presente y a la posibilidad de iniciar una nueva etapa fuera de la alta competencia.

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