Investigadores advierten que “el litio está en Argentina pero hoy no nos pertenece”
Desde 1995 que en Argentina se extrae litio, pero pese a su relevancia por ser el segundo país en importancia, aún no fue declarado “recurso estratégico”, lo cual significa estar un paso atrás de Chile y Bolivia, con quienes componen “el triángulo que concentra el 70% del total mundial”.
La doctora en Biología Andrea Calderón lleva más de una larga década estudiando la materia, en “el desarrollo de materiales y estudio de procesos”, con la idea de “generar materiales más sustentables”.
Como parte del Foro interuniversitario del Litio, hoy sostiene, con preocupación, que “todos los proyectos de extracción están en manos de empresas multinacionales” y cuenta que “cuando intentamos pedir una muestra de salmuera para estudiar nuestro propio litio, no tuvimos resultados, porque no hay ninguna Ley que los obligue”.
La investigadora agrega que hay seis proyectos de producción, en salares del noroeste argentino, pero “en estas condiciones, el litio está en Argentina pero no nos pertenece”.
Y es tajante: “En la actualidad, la regulación es escandalosa. Su actividad se regula como cualquier otra, y como por ejemplo con la minería, es muy laxa, con el cobro muy bajo de impuestos para la extracción. Acá se cobra entre 3 y 5% del derecho de exportación, que a su vez es sobre el precio que se saca de la mina, mientras que en Chile es de entre el 20 y el 40%, Tenemos poca soberanía para nuestros depósitos”.
En tal sentido, en diálogo con el programa Mirá Quien Habla, de los Servicios de Radio y Televisión (SRT) de la Universidad Nacional de Córdoba, refiere que "a través del proyecto YPF Litio se había dispuesto una planta piloto con la Universidad de La Plata y la Universidad de la Defensa pero que “con el cambio de Gobierno se abandonó”.
La situación es tal que cuando la petrolera estatal fue a buscar la concesión de un salar, consiguió “solo uno con una concentración bastante baja de litio”, debido a que “el resto está cooptado por multinacionales” y “hasta que no se cambie la regulación, no tendremos injerencia ni la posibilidad de exigir un producto que se industrialice en el país, que se agregue valor, que se quede algo en Argentina, se paguen regalías para sanear impacto ambiental o promover investigaciones”.
Para Calderón, además, “la puesta en marcha del RIGI va a empeorar la situación (porque sus proyectos tienen beneficios impositivos) y hoy no vemos posibilidad de crecimiento del país respecto a la cadena de valor ni de gestión de lo que está ocurriendo con el recurso que están sacando”.
