El Senado decidió darle la espalda al país real y aprobar un Presupuesto 2026 hecho a la medida del FMI y del ajuste eterno. Los 45 senadores que levantaron la mano no votaron un proyecto: votaron contra la educación pública, contra la salud, contra el federalismo y contra el futuro de millones.
La eliminación de metas de financiamiento educativo y científico es un golpe directo a universidades, maestros, investigadores y estudiantes. La discrecionalidad para manejar fondos convierte a la política educativa en un feudo del Ejecutivo. Y el recorte a salud, defensa y desarrollo territorial profundiza la desigualdad entre provincias, dejándolas libradas a la extorsión financiera del gobierno nacional.
Este Presupuesto no es solo un ajuste: es un programa deliberado de deterioro social y renuncia soberana. Los senadores que lo avalaron eligieron someterse a los pactos del FMI y a la obediencia servil al mileísmo.
Frente a esta traición de representantes que ya no representan a nadie, solo queda reafirmar la fuerza más antigua de nuestra historia: la lucha popular. Porque solo el pueblo organizado, movilizado y unido será capaz de frenar estas imposiciones y enfrentar a un gobierno que gobierna contra su propio país.
