La provincia de Corrientes atraviesa una grave emergencia hídrica luego de precipitaciones que alcanzaron hasta 300 milímetros, muy por encima de los registros habituales.
La situación afecta a la capital provincial y a numerosas localidades del interior, con al menos 413 personas evacuadas, alojadas de manera preventiva en escuelas y gimnasios municipales.
Las lluvias intensas provocaron anegamientos generalizados, saturación de suelos y colapso de los sistemas de desagüe. Como consecuencia, se registraron cortes de calles, interrupciones en el transporte público y fallas en el suministro eléctrico, lo que agravó el impacto del temporal en zonas urbanas y rurales.
Uno de los focos más críticos se localiza en San Luis del Palmar, donde se contabilizan 318 evacuados, distribuidos en 18 centros de asistencia. Por disposición del gobernador Juan Pablo Valdés, el Estado provincial desplegó ayuda con comida caliente, colchones y elementos de limpieza, además de controles sanitarios y atención médica en los refugios.
En paralelo, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y Defensa Civil trabajan de forma coordinada en tareas de rescate, traslado de familias y seguridad ciudadana. Las autoridades mantienen monitoreo permanente de los ríos Paraná y Uruguay ante el riesgo de nuevas crecidas, mientras recomiendan a la población extremar precauciones y evitar zonas anegadas.
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