Córdoba

A 110 años del genocidio del pueblo armenio: entre el negacionismo y la memoria

La efeméride recuerda que un 24 de abril, pero de 1915, el gobierno del Imperio Otomano encarceló, deportó y finalmente fusiló a cientos de líderes, religiosos e intelectuales armenios que vivían en Estambul. Ese hecho marcó el inició de lo que denominamos “Genocidio Armenio”, un plan de exterminio sistemático que dejó como saldo más de un millón y medio de armenios asesinados.

Según la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio firmada por la ONU en 1948, se entiende por genocidio a todo acto que se realice "con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico o religioso como tal".

Una definición que encaja perfecto a lo perpetrado por el Imperio Otomano primero y por el Estado de Turquía luego. Un plan de terror y aniquilación que incluyó destierros masivos, marchas forzosas hacia el desierto para morir de hambre y sed, secuestros, violaciones, torturas, expropiación de riquezas y un sinfín de vejámenes.

Detrás de este genocidio hubo una política de odio y un plan de limpieza étnica.“Turquía para los turcos” era el lema. Y lo cumplieron a sangre y fuego. Una maquinaria estatal de violencia que, ignorada por los países del mundo, provocó una masacre a escala que el mundo moderno no conocía.

El plan de exterminio fue orquestado por los Jóvenes Turcos (un grupo de oficiales revolucionarios del Ejército Otomano que tomaron el poder en 1908). En un documento conocido como “Los diez mandamientos del Comité Unión y Progreso”, de finales de 1914 y comienzos de 1915 se detalla el paso a paso del plan genocida.

Antecedentes del genocidio

Las matanzas Hamidianas y la Masacre de Adaná fueron dos brutales episodios que sentaron las bases, escalaron la espiral de violencia y adelantaron lo que iniciaría en 1915.

Un convulsionado y resquebrajado Imperio Otomano, profundamente islamista, encontró en el pueblo armenio, profundamente cristiano, el chivo expiatorio ideal para culpar por la eminente crisis política.

Los armenios eran una minoría étnica y religiosa dentro del Imperio. Los armenios eran vistos como ciudadanos de segunda clase, no poseían los mismos derechos que los turcos musulmanes.

Esta diferencia religiosa, fue la que habilitó al Sultán Abdul Hamid II a generar rencor de las mayorías islamistas radicalizadas hacia las minorías cristianas. Como resultado de esto, entre 1894 y 1896, tuvieron lugar las llamadas Matanzas Hamidianas en donde fueron exterminados mas de 300.000 armenios.

En 1908 los Jóvenes Turcos se rebelaron ante el sultán y tomaron el poder. En 1909, este grupo nacionalista ensayó en Adaná una muestra del terror que vendría. En ese lugar, grupos armados musulmanes – fogoneados por la propaganda de los Jóvenes Turcos – cazaron y asesinaron a mas de 30.000 armenios.

¿Quiénes fueron los responsables?

El genocidio tuvo dos etapas, una entre 1915-1918 y otra entre 1920-1923.

Mehmet Talaat, Ismael Enver y Ahmed Jemal fueron las tres figuras centrales de los Jóvenes Turcos y que idearon el plan genocida en su primera etapa. De allí para abajo en el Partido se desplegaba una red de obedientes funcionarios que llevaron adelante las matanzas en aldeas y pueblos habitados por armenios, como así también en campos de concentración en el desierto.

Los principales responsables huyeron de Turquía y evadieron a la Justicia. Algunos se refugiaron en Alemania donde, años después, fueron ejecutados por jóvenes armenios.

La segunda etapa del genocidio fue comandada por un grupo denominado los Nacionalistas Turcos, opositores políticos del antiguo régimen pero que sostenían la pureza étnica de un estado solo habitado por turcos.

El negacionismo turco y el reconocimiento de Argentina

Al día de hoy, Turquía continúa sin reconocer el genocidio y mantiene una férrea conducta negacionista. El estado turco justifica las matanzas en una supuesta legalidad de las medidas y el contexto de guerra. El reclamo armenio de las tierras arrebatadas y una compensación económica hacia las víctimas, son otras razones por las que Turquía no reconoce el genocidio.

A 110 años, los armenios siguen luchando para que sea el exterminio sea reconocido como un genocidio.

Argentina es una de los treinta dos naciones que reconoce que lo ocurrido entre 1915 y 1923 fue un genocidio perpetrado por el Estado Turco para eliminar al pueblo armenio y desde 2007, a través de la promulgación de la Ley 26.199, declaró el 24 de abril como el “Día de acción por la tolerancia y el respeto entre los pueblos”.

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