Nadia Fernández, como testigo, negó la existencia de «empleados fantasma» en la Unicameral
A casi 4 meses del inicio del escándalo por el caso de la “empleada fantasma” Virginia Martínez en la Legislatura de Córdoba, la vicepresidenta de la Unicameral, Nadia Fernández (Hacemos Unidos por Córdoba), quien dispuso la contratación de la mujer, volvió a hablar, pero esta vez ante la Justicia que la citó como “testigo” del denominado caso Guillermo Kraisman.
El escándalo se desató cuando Kraisman intentó cobrar el sueldo de Martínez en una sucursal bancaria.
Ver: Noticias del caso Kraisman
A mediados de enero Kraisman fue detenido por personal policial en el momento en el que intentaba retirar un millón de pesos de la sucursal de Banco de Córdoba, de la avenida 24 de Septiembre al 100, en barrio General Paz, presentando el documento de otra persona.
En aquel momento, Kraisman era director de Promoción de Clubes Sociales y Deportivos de la ciudad de Córdoba. Al verse envuelto en aquel escándalo, que derivó en una detención e imputación, fue removido de su cargo a pedido del intendente Daniel Passerini.
El testimonio
La legisladora peronista se presentó este viernes -antes de las 10- en los tribunales de Córdoba. Fue convocada en calidad de testigo por el fiscal Franco Mondino en el marco de la causa que investiga supuestas irregularidades relacionadas con la contratación de la empleada Virginia Martínez.
La legisladora había presentado previamente un escrito detallando cómo fue la contratación de Martínez. Pero, el fiscal Mondino la convocó para que respaldara ese descargo y ofreciera mayores precisiones sobre el caso, en calidad de testigo.
En sus declaraciones previas a la prensa, Fernández afirmó sentirse “engañada”. Atribuyó la contratación de Martínez por una recomendación de Guillermo Kraisman, el ex legislador del PJ detenido.
Fernández aseguró enfáticamente que “en la legislatura no hubo, no hay ni habrá empleado fantasma”. Sostuvo ser “la principal interesada en que esta investigación llegue al fondo de la verdad”.
Afirmó que si hubiese tenido conocimiento de una posible “maniobra delictiva”, la habría denunciado inmediatamente, negando cualquier participación en los hechos delictivos que se sucedieron con posterioridad a la designación.
La legisladora manifestó sentirse perjudicada por la situación. Explicó que actuó “de buena fe” al momento de la recomendación. Sostuvo que, gracias a los “resortes administrativos de control de la legislatura y también bancarios”, la maniobra “no pasó a mayores”.
Consultada sobre si solo existe “un caso” en la legislatura (el de Virginia Martínez), respondió afirmativamente, buscando dar “tranquilidad a la ciudadanía cordobesa”. Enfatizó que en la Legislatura “se resguardan siempre los recursos que son de todos los cordobeses”.
La legisladora admitió que fue Guillermo Kraisman quien le recomendó a Martínez y ofreció detalles sobre el proceso y las razones de su silencio inicial. Fernández negó una y otra vez que hayan existido “empleados fantasmas” en la Unicameral.
Respecto a Virginia Martínez (la empleada titular de la cuenta de la que el exconcejal Kraisman quiso retirar 1 millón de pesos), Fernández aclaró semanas atrás que estuvo vinculada administrativamente a la Legislatura “desde diciembre hasta los primeros días de enero”, pero enfrentó “un sinnúmero de inconvenientes” para completar el legajo exigido, como los certificados de antecedentes y de buena salud.