Córdoba

La población afro argentina: luchando por el reconocimiento de su aporte a la historia y al presente

Puede resultar llamativo la pregunta acerca de la existencia (o no) de población afrodescendiente en nuestro país o bien, de afroargentinxs. Incluso es posible agregar una reflexión que se hizo extensiva a nivel internacional cuando; por motivos del Mundial de Qatar, el Washington Post publicara un artículo titulado “¿Por qué no hay más jugadores negros en la selección argentina?” Por Erika Denise Edwards con motivo del Mundial de Qatar en diciembre de 2022.

En otros términos, la pregunta correcta seria ¿Por qué en Argentina, se supone; al menos desde este articulo; no existen personas de rasgos evidentes afrodescendientes como si se observan en Colombia, Ecuador, Venezuela; Brasil o Uruguay como en casi todos nuestros países vecinos de la región latinoamericana o en Estados Unidos y Europa?

Como respuesta, se puede contestar que desde la época de la colonización europea, la presencia de población afro en la actual Argentina ha tenido diversas fluctuaciones en términos cuantitativos haciendo complejo establecer un alcance estadístico. En la actualidad los censos establecidos por el INDEC presentaban un total aproximado entre 150 y 300 mil personas que se auto perciben afrodescendientes o afro argentino. Sin embargo, diversas organizaciones socio culturales y políticas remarcan la presencia cercana a 2 millones de personas de ascendencia afro argentina, siendo la Provincia de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Córdoba los lugares de mayor concentración de casi el 60% de dicho colectivo.

En términos formales, la Ley 26.852 establece el 8 de noviembre como el Día Nacional de los y las Afroargentiinos y de la cultura afro, efeméride en homenaje a María Remedios del Valle, a quien el general Manuel Belgrano le confiriera el título de Capitana del Ejército por su participación como líder en las luchas de la Independencia.

En caso de Córdoba, se pueden citar interesantes experiencias como el Proyecto “Córdoba Negra”, la Mesa Afro o películas como Macongo donde describen la presencia afro en la Provincia como una marca indeleble y constitutiva de las raíces culturales.

Desde el genocidio estadístico hasta los Reyes Magos, Héroes Patrióticos y el “Rey Maradona”

Según el trabajo de relevamiento realizado en el contexto del Proyecto de Investigación “Pluralismo, Democracia y Ciudadanía en Argentina” de la Universidad Siglo 21, las personas afro argentinas entrevistadas denuncian, una suerte de “genocidio estadístico” que esconde la presencia activa de esta población en las venas mismas de la construcción histórica del “sujeto argentino” escondido bajo el supuesto exterminio generado como efecto de la Guerra del Paraguay y los efectos destructivos generados por la Fiebre Amarilla a mediados del Siglo XIX.

Uno de los entrevistados nos comparte acerca de un Santo Patrono de las poblaciones afro, que surgiera como referencia ya desde los tiempos del destierro de la tierra ancestral africana y quien les acompaña en sus posteriores desventuras y sufrimientos en épocas de esclavitud y negación actual:

“Nosotros siempre nos encomendamos a San Baltasar, él nos ha guiado siempre desde nuestros orígenes, nos conectamos con los tambores, las danzas y todo aquello que nos hace sentir como parte nuestra y que somos parte de nuestros ancestros, más allá del territorio donde estemos”.

(José Pareja- población afro argentina – Córdoba)

Aquí aparece un primer “descubrimiento” ¿Quién es San Baltasar? A priori, un personaje que no es tan remarcado en la Historiografía tradicional religiosa y, la respuesta se presenta como evidente “San Baltasar es el Rey Mago”, icono de los pesebres navideños de la raíz católica de nuestro país. Luego de eso, comienza un verdadero desanudar de iconos condenados a la invisibilización como Remedios del Valle, San Martin y el Sargento Cabral, Bernardino Rivadavia, el mulato víctima del Martin Fierro reflejando la presencia habitual de la población afro descripta en la literatura gauchesca hasta llegar al legendario icono de la argentinidad futbolera como lo es Diego Armando Maradona.

Aquí puede observarse que el registro afro en nuestro país tiene antecedentes indelebles y también una inmanencia en la actualidad; hecho que, sin embargo; queda relegado en el olvido.

La Córdoba Afro: las estancias jesuíticas hasta la “Mona Jiménez”

En Córdoba, la docta que cuenta con una impronta auto percepción de ser herederos de una cultura “descendida de los barcos” y con una ilustre presencia jesuita en sus raíces, permite suponer una paradoja: la presencia afro en su genética. Se estima que para el año 1850 existían en la provincia un 60% de su población con ascendencia afro, las estancias jesuíticas contaban con una imponente cantidad de esclavos que equivalían a más del 80% de sus miembros.

Cabe entonces la pregunta si este legado directamente… ¿se borró?

Una vez más, los registros de las personas entrevistadas reivindican que la cultura afro sigue viva y que cuenta con uno de sus máximos exponentes al cantante del cuarteto como es Carlos “La Mona” Jiménez quien lo reivindica en su producción “Raza Negra” de 1994.

Si se continua el rastro de las raíces afro en Córdoba, se encuentra una larga y rica lista de personalidades en el ámbito político, social, cultural, económico e incluso deportivo.

Estos referentes no operan solo como modelos exclusivos, sino como expresiones de una inmensa presencia de un colectivo que ha impregnado las venas del ser regional e incluso nacional.

Aprender a distinguir los colores

Nuestra cultura mayoritaria argentina, se inscribe en una lógica que tiende a uniformizar las diferencias intentando ver solo “descendidos de los barcos” que niega, esconde o desconoce cualquier otra raíz afro en su propia genética.

La presencia afro en la época colonial como también tanto en la conformación del Estado nación y como miembro activo de nuestro contrato social y político.

Este colectivo nos enseña una lucha por un espacio en la historia, basado en la resiliencia no solo de sus lideres actuales sino en la trascendencia de una historia ancestral llena de significado.

Una lucha de resiliencia que cuenta con varias etapas marcadas por la violencia: una primera de expropiación del propio territorio; una posterior condición de esclavitud y una vigente invisiblizaciôn.

Aún queda un largo tramo de sanación del “triple destierro” como ha sido su expatriación de África, la esclavitud durante la conquista y la actual negación del Estado nación. También la codena a la sexualización del cuerpo femenino; el racismo y la discriminación.

Además de su significativo avance en términos de derechos, su aporte fluye en las arterias nacionales con las expresiones de la zamba, tango, milonga, malambo, los tambores en el candombe y murgas callejeras.

La población afro en Argentina; no quieren recursos especiales; sino que su lucha es por el reconocimiento por ser parte fundamental de la historia y el inexorable presente capaz de construir un contrato social que se nutre de la diversidad y el pluralismo.

En definitiva, su lucha es simbólica pero también de justicia que sigue interpelando y agudiza una mirada crítica del pacto social argentino.

Es un colectivo que ha plantado su necesidad de pertenecer como co-constructor de “lo argentino” de modo irreversible.

¿Aprendemos a distinguir los “colores” de nuestro propio país?

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