Córdoba

Desinflación y metro cuadrado del elector, según las últimas encuestas nacionales

El gobierno nacional aspira a consolidar un sendero de desinflación como argumento central de campaña de cara a la elección de medio término de octubre. ¿Qué dicen los últimos datos duros de la economía y en qué medida se corresponden o no con los datos blandos de las encuestas? El dato oficial de la inflación tiene rezago de un mes; así, el registro publicado en mayo pasado corresponde a abril. Según el Indec (gráfico abajo), el índice de precios al consumidor (IPC) fue de 2,8% ese mes, lo que implica una baja de 0,9 puntos porcentuales (pp) respecto a marzo (3,7%); la inflación acumuló 47,3% interanual y 11,6% en el primer cuatrimestre del año.

Aunque abril marcó una desaceleración inflacionaria respecto a marzo, fue el segundo registro más alto de los últimos 7 meses, lo cual indica que la desinflación no está consolidada.

En tanto, según los datos blandos de la encuesta del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella (CIF-UTDT; gráfico arriba), la expectativa de inflación a futuro para los próximos 12 meses se ubicó en mayo en 38,8% (promedio), arrojando una baja de 2,5 pp respecto al mes anterior (41,3%). Eso indica expectativas inflacionarias estables, dado que se trata de una variación estadísticamente no significativa considerando el error muestral de +/-3,5%. Por otra parte, esa medición también muestra un desacople entre la inflación oficial y la percibida: en la percepción del “metro cuadrado” de los electores, los precios en un plazo de 30 días mensuales marcan una suba de 4,23%, cuando las estimaciones preliminares apuntan a que el IPC de mayo será de alrededor del 2% (lo cual se confirmará o no a mediados de junio). Es decir, la inflación perceptiva más que duplicaría a la oficial.

Profundizando el análisis, si ampliamos el marco con una encuesta alternativa, como la última realizada por AtlasIntel/Bloomberg, el resultado es aún peor (gráfico arriba): si bien coincide con el CIF en que la expectativa futura se ubica por debajo del 40% (en este caso, para un lapso de 6 meses en vez de 12), la expectativa a corto plazo roza el 7%; aquí, la percepción más que triplicaría a la estimación de inflación oficial.

Esto permite explicar por qué la desinflación en el metro cuadrado del elector (es decir, a nivel micro) no tiene la contundencia que el gobierno nacional pretende con su relato apalancado en la macro: según la última encuesta de Consultora Delfos, menos de un tercio de los votantes (29%) cree en el relato de que la inflación baja y de que eso se siente en el bolsillo: una primera minoría del 41% cree que la inflación no está bajando, en tanto que 26% dice que baja, pero eso no se siente en su bolsillo (gráfico arriba).

Con matices, lo mismo se observa en otras encuestas nacionales recientes: Tendencias Consultora reportó que 28,2% siente una baja de la inflación y mejoras en su bolsillo, mientras que 13,4% opina que bajó pero no se siente en su bolsillo. Por otro lado, casi 25% no ve mejoras en la economía ni en su bolsillo, y más de un tercio percibe un deterioro generalizado.

Cuando la percepción se mide de manera binaria, como lo hizo Analogías en su última encuesta nacional, casi 37% coincide con el relato del oficialismo, vs 55,5% que no (gráfico arriba). Apenas hay matices al cruzar los datos por variables sociodemográficas: sólo entre los electores masculinos se insinúa un “empate técnico” entre esas creencias contrarias.

En una medición reciente, Zuban Córdoba & Asociados ensayó una variante a la medición polarizada: preguntó el acuerdo con la frase “la inflación está subiendo” (gráfico arriba). Un 36,3% se mostró en desacuerdo, es decir que el segmento que cree en el relato oficial coincide con el que reportó Analogías. En síntesis: 1) los resultados marcan que el discurso libertario respecto a la baja de la inflación y su impacto en la economía doméstica (es decir, el efecto de la macro en lo micro, el “metro cuadrado” del elector) enfrenta límites concretos al entrar en contraste con la realidad cotidiana 2) el acompañamiento al gobierno nacional en este tema se ubica en el mismo orden de magnitud del 30% que votó a Javier Milei en las primarias de agosto y la primera vuelta de octubre de 2023, por debajo del umbral del 40% 3) en el mejor de los casos, la proporción favorable al relato oficial ronda el 36% de los electores, muy lejos (casi 20 pp menos) del 55,6% que consagró a Milei presidente en el ballotage de noviembre de aquel año 4) esos dos umbrales entre el 30% y el 36% marcan un intervalo de acompañamiento del oficialismo que podría alcanzarle para ganar los comicios de medio término 5) pero, si su performance descendiera al piso de ese umbral y Unión por la Patria mantuviera su unidad como frente, la elección a nivel país podría tornarse muy competitiva 6) desde hace meses se instaló el debate técnico sobre la necesidad de actualizar la canasta de consumo de productos y servicios con la cual el Indec calcula el IPC, junto con la ponderación de cada ítem 7) las brechas entre la medición oficial y la percepción en el metro cuadrado del elector reactualizan esa discusión.

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