Córdoba

El vaso medio lleno

Que se ve pobreza en la calle que te piden algo que se notan las dificultades en el transporte. Que cómo puede ser que haya campos improductivos que esto otro que aquello. Es fácil pontificar viniendo desde Argentina con cabeza capitalista y pátina de progre. Pero lo difícil realmente es ponerse en los pies de un país que vive con un bloqueo criminal desde hace 63 años.

Por eso prefiero ver el vaso medo lleno y en vez de poner el ojo en lo que evidentemente falta y falla (como en cualquier país) poner el foco en la maravilla que significa haber resistido al imperio más cruel durante más de seis décadas. Sobre todo, a partir de la caida del llamado campo socialista y el aislamiento político de esta isla geográfica.

Para tomar una idea acabada de lo que estamos hablando algunos datos concretos. El bloqueo causa pérdidas a la economía cubana por valor de aproximadamente 5 mil millones de dólares por año lo que da la friolera de 315 ml millones de dólares en los 63 años de bloqueo. Con esos más de 300 ml millones de dólares se podrán construir 30 ml hospitales y 100 mil escuelas.

Pero 25 das de bloqueo significan los remedos de todo un año para los 11 millones de cubanos.

9 das de bloqueo equivalen a todos los reactivos y descartables que necesita el país en un año.

21 horas de bloqueo representan la insulina necesaria para un año.

7 meses es igual a todos los ómnibus necesarios para resolver el grave problema de transporte público.

4 meses de bloqueo es la canasta básica de toda la población por un año.

3 horas de bloqueo es igual al material educativo para todo el año lectivo.

Horas de bloqueo es el material didáctico y los juguetes para todos los jardines de infantes.

Meda hora de bloqueo equivale a todas las sillas de ruedas necesarias en la educación especial.

Y 15 minutos de bloqueo es igual a todos los audífonos que se precisan en el país.

Para tener otra dimensión, menos dramática quizás, este periodista tenia que dar una conferencia para Estados Unidos durante la estadía en Cuba. Me habían advertido sobre la posibilidad de que el bloqueo me interfiriera en la actividad, por eso compré el servicio de VPN (red virtual privada por su sigla en inglés), pero fue inútil, al detectar zoom y meet que uno está en Cuba, no puede conectarse con Estados Unidos.

No es nada, frente a todo lo anteriormente expuesto. Y sin embargo, el país funciona, quizá no como esperarían algunos románticos de la revolución, que no terminan de entender de qué se trata una verdadera revolución, porque nunca la hicieron, porque se dejaron ganar por el derrotismo, o porque les cuesta ponerse en los pes del otro y ver el vaso medo lleno.

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