Córdoba

Casi el 70% de las prendas que se venden en el país se fabrican en el extranjero

Mientras el consumo masivo en la Argentina no para de caer, hay que remontarse hasta 2017 para encontrar un punto de comparación con el boom que registra en lo que va de 2025 la importación de indumentaria mediante el sistema puerta a puerta, a partir de una de las tantas desregulaciones que propició el presidente Javier Milei.

En tiempos donde la balanza comercial pende de un hilo y el Gobierno procura cerrar todos los grifos posibles, entre enero y mayo sólo por ese rubro salieron del país unos 1.572 millones de dólares, lo que representó un incremento del 136% en comparación con el mismo período del año anterior.

En cuanto a las unidades vendidas, el crecimiento en igual período trepó al 211% según datos revelados por la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), entidad para la que "el fuerte incremento en las importaciones mediante el régimen de courier modificó los patrones de consumo y acentuó la presión sobre la industria nacional".

Cómo se recordará, en diciembre pasado el Gobierno aumentó el límite de compras internacionales por el sistema puerta a puerta llevándolo de US$ 1.000 a US$ 3.000 por envío, además de eliminar los aranceles para compras menores a US$ 400.

Otra de las razones del fenómeno que están produciendo los argentinos con sus compras de ropa vía courier tiene que ver con lo caro que han quedado algunas prendas luego de la devaluación y el proceso inflacionario vivido en el país en los últimos 18 meses.

Un reciente informe del IERAL refleja, por ejemplo, que mientras un jean de primera marca en Argentina sale unos US$ 98, en Brasil se consigue por US$ 48 y en Estados Unidos por US$ 52.

Además, con el paso del tiempo la tecnología ha facilitado el proceso de compra a través de cualquier tienda on line mediante sistemas claros y sencillos de realizar por cualquier usuario.

Cara y cruz

Lógicamente, la principal perjudicada en este proceso de “extranjerización” de la indumentaria que usan los argentinos es la industria local, que en lo que va de 2025 atraviesa una de sus crisis más severas.

De acuerdo con un informe de la Fundación Pro Tejer, la mitad de las empresas argentinas dedicadas a la producción textil registró en promedio una baja del 5% en sus ventas durante los primeros cinco meses del año, cifra que se amplía al 7% si el período analizado se expande a los dos últimos años, con un retroceso promedio del 21 por ciento.

A la hora de reportar los principales inconvenientes que deben enfrentar, los empresarios destacan a la baja demanda interna como el número uno.

El 77% identificó la falta de compradores como el obstáculo principal para la operatoria, el valor más alto desde mediados de 2024. El incremento de costos apareció en segundo término con el 17% de las empresas señalándolo como principal dificultad en Argentina.

Por consecuencia, la pérdida de empleo en el sector se hace notar: desde fines de 2023 hasta marzo 6 de cada 10 empresas textiles redujeron su plantilla de personal y el 72% adoptó alguna medida que afectó en forma directa a sus empleados. Incluso, 6 de cada 10 firmas redujeron su personal, lo que consolidó un proceso de ajuste generalizado en el sector.

Siempre según datos aportados por Pro Tejer, la mitad de las empresas disminuyó su actividad respecto de 2024, mientras que el uso de la capacidad instalada no exhibió signos de recuperación: sólo 3,5 de cada 10 empresas dijeron estar mejor que el año pasado y ninguna volvió a los niveles de 2023.

For export

A la hora de hablar de la extranjerización de la ropa que usamos los argentinos, actualmente el 67% de las prendas que se consumen de Ushuaia a La Quiaca son importadas -el nivel más alto que se recuerde- y sólo el 33% es de origen nacional.

Esta brecha se acentúa aún más al analizar la ropa que se comercializa en los shoppings, ya que allí el 75% proviene del extranjero.

Según Pro Tejer, durante el primer trimestre de este año y en comparación con igual período pero de 2024, las importaciones de ropa crecieron un 86% y las de textiles para el hogar un 109%.

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