El error más común con el aire acondicionado del auto que hace gastar más combustible
Con la llegada de las primeras jornadas de calor intenso, subirse a un auto estacionado al rayo del sol puede convertirse en una experiencia agobiante. El habitáculo alcanza temperaturas extremas en pocos minutos y el reflejo inmediato del conductor suele ser encender el aire acondicionado al máximo. Sin embargo, ese gesto automático tiene impacto directo en el consumo de combustible.
El sistema de climatización es uno de los mayores demandantes de energía en un vehículo. Al funcionar, el compresor toma potencia del motor y obliga a quemar más nafta o gasoil. En condiciones normales, ese incremento puede ubicarse entre el 15% y el 25%, una cifra que se siente con fuerza en el uso urbano y en recorridos diarios.
La buena noticia es que ese gasto extra no es inevitable. Con hábitos simples y un uso más racional del sistema, es posible mejorar el confort térmico, reducir el esfuerzo mecánico y optimizar el consumo, algo especialmente valioso en una provincia donde el auto sigue siendo una herramienta central de movilidad.
El primer enemigo: el “efecto horno”
Cuando un vehículo queda cerrado bajo el sol, la temperatura interior puede dispararse a valores extremos. Parasoles, cortinas y películas solares ayudan a reducir la acumulación de calor, pero aun así, antes de encender el aire acondicionado conviene liberar el aire caliente acumulado. Abrir puertas y ventanillas durante unos segundos permite equilibrar la temperatura sin gastar combustible.
Enfriar sin gastar de más
Uno de los errores más comunes es exigirle al aire acondicionado que enfríe un habitáculo que todavía está recalentado. Lo más eficiente es iniciar la marcha con las ventanillas bajas durante las primeras cuadras. De ese modo, el descenso inicial de temperatura se logra de forma natural y gratuita. Recién cuando el interior se acerca a la temperatura ambiente, el aire acondicionado puede trabajar con menor esfuerzo.
Otra función clave es la recirculación. Al activarla, el sistema enfría el aire que ya está dentro del vehículo, evitando tomar aire caliente del exterior. Esto acelera el enfriamiento y reduce el consumo, aunque conviene desactivarla cada tanto para renovar el aire y evitar empañamientos o fatiga en el conductor.
La temperatura justa también ahorra
En los autos con climatizador digital, fijar valores moderados marca la diferencia. Una temperatura de entre 24 y 26 grados suele ser suficiente para viajar cómodo. Forzar el sistema a valores muy bajos no sólo incrementa el gasto, sino que también exige más al compresor. Incluso una diferencia de pocos grados puede traducirse en ahorros de energía superiores al 20%.
¿Aire acondicionado o ventanillas bajas?
El debate es recurrente entre los automovilistas. En ciudad y a baja velocidad, circular con las ventanillas abiertas puede ser una opción válida en tramos cortos. Sin embargo, en rutas y autopistas la ecuación cambia. A partir de los 80 km/h, las ventanillas abiertas perjudican la aerodinámica del vehículo, generan mayor resistencia al avance y obligan al motor a trabajar más. En ese escenario, el aire acondicionado resulta más eficiente, siempre que se utilice con criterio.
Mantenimiento: el gran aliado invisible
Filtros de aire sucios, tomas obstruidas por hojas o residuos y falta de mantenimiento general hacen que el sistema pierda eficiencia y consuma más. Revisar el filtro de polen y reemplazarlo periódicamente —en torno a los 15.000 kilómetros— es una medida sencilla que mejora el rendimiento y evita malos olores.
Un último detalle: apagar el aire acondicionado unos minutos antes de llegar al destino y dejar sólo la ventilación encendida permite aprovechar el frío residual del sistema y reduce el uso del compresor, además de ayudar a prevenir humedad y olores.
Aire acondicionado: 10 claves para usarlo mejor y gastar menos
| Consejo clave | Beneficio principal |
| Usar parasol y liberar aire caliente antes de arrancar | Reduce el “efecto horno” |
| Circular unos minutos con ventanillas bajas | Enfriamiento inicial sin consumo |
| Activar la recirculación | Menor esfuerzo del compresor |
| Dirigir el aire a las rejillas superiores | Distribución más eficiente del frío |
| Mantener libre el piso delantero | Mejor llegada del aire a plazas traseras |
| Ajustar entre 24° y 26° | Menor consumo y mayor confort |
| En ruta, usar aire y no ventanillas | Mejor aerodinámica |
| Apagar el aire antes de llegar | Ahorro y prevención de olores |
| Cambiar filtros periódicamente | Mayor caudal y eficiencia |
| Revisar tomas de aire externas | Evita sobreesfuerzos del sistema |